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lunes, 20 de febrero de 2012


En este mundo el odio nunca ha disipado al odio. Solo el amor disipa al odio. Esta es la ley ancestral e inagotable.

Algo de profunda importancia: el odio existe con el pasado y el futuro. El amor no necesita pasado ni futuro. El amor existe en el presente. El odio tiene su referencia en el pasado: si ayer alguien abusó de ti, cargas con ello como una herida, como un remanente. O temes que alguien vaya a buscar de ti mañana; un miedo, una pizca de miedo y te preparas, estás listo para enfrentarte a ello.

El odio existe en el pasado y en el futuro. No puedes odiar en el presente; inténtalo, y no podrás en absoluto. Inténtalo hoy: siéntate en silencio y odia a alguien en el presente, sin ninguna referencia del pasado o del futuro; ¡no puedes hacerlo! No se puede hacer; es imposible por la propia naturaleza de las cosas. El odio solamente puede existir si recuerdas el pasado.

Si alguien te hizo algo ayer, entonces puedes odiar.O si alguien va a hacerte algo mañana, entonces también es posible odiar.Pero si no tienes ninguna referencia del pasado ni del futuro, nadie te ha hecho nada y no va hacerte nada, la persona siempre está allí sentada. ¿Cómo puedes odiarla?No obstante, puedes amar. El amor no necesita ninguna referencia; esa es la belleza y la libertad del amor. El odio es una atadura, un aprisionamiento ¡impuesto por ti sobre ti! Y el odio crea odio, el odio provoca ocio.

Si odias a alguien, estás creando odio hacia ti en el corazón de esa persona. Y el mundo completo vive en el odio, en la destrucción, en la violencia en los celos, en la competitividad. La gente se tira al cuello de los demás: bien en la realidad, la actualidad, la acción o como mínimo en sus mentes, en sus pensamientos, todo el mundo está matando y asesinando. Por eso hemos creado un infierno de esta maravillosa tierra, que podría haber sido un paraíso.Ama, y la Tierra volverá a ser un paraíso otra vez.

Y la inmensa belleza del amor es que no tiene ninguna referencia. El amor sale de ti sin ninguna razón en absoluto. Es tu dicha efusiva, es el compartir de tu corazón. El compartir del canto de tu ser. Y compartir produce tanta alegría... ¡por eso se comparte! Compartir por el mero hecho de compartir, por ningún otro motivo.

3 comentarios:

  1. Me gusta mucho tu blog, me gusta como te expresas.
    beesos ;*

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  2. Me encanta tu blog y la forma en la que te expresas!
    Y tenes toda la razon compartir produce alegria!
    Un beso te sigo!

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